sábado, 16 de abril de 2005

que pena... tener una novia morena...

alguien me dijo que la mejor forma de ver si la anestesia general no te deja secuelas es intentar memorizar un refrán, o alguna cosa del estilo, e intentar recordarla cuando te despiertas.

en mi caso, mi compañero de habitación, un mañico muy divertido, se ocupó de encontrar la frase por mi, poco antes de que me subiesen a quirófanos y haciendo que me fuese de la habitación con una sonrisa en la cara... a cuento de qué venía esa frase, no lo sé, pero consiguió que lo segundo que recordé al despertar fuese eso, y no otra cosa...

lo segundo... ¿qué fue entonces lo primero?. un número de teléfono. medio dormido y medio despierto, escuchaba a mi madre y a la enfermera hablar, y cuando ésta última preguntó por un número al que poder avisar a mi madre cuando el nene estuviese mejor, aquel paquete medio dormido, con el ojo derecho medio cerrado y conectado a no-sé-cuántos aparatos empezó a recitar uno por uno todos los números. vivan los cabezas cuadradas.

después, estuve varias horas ensayando la pose de tío duro con el párpado medio caído, aunque cuesta mucho ser un tío duro cuando tienes un tubo de oxígeno en la nariz, estás medio grogui, hay varios tubos que salen de distintas partes de tu cuerpo (tranquilos, mi integridad sigue intacta) y tienes puesto ese camisón de hospital que tanto favorece, tapado por delante y abierto por detrás. lo tienen fácil los médicos: una vez la dignidad del paciente está por los suelos, es más fácil que obedezca. la ley del más fuerte

el resto de la estancia en el hospital, pues más de lo mismo. desayuno, comida y cena, y dormir. la única diferencia es que ahora estaba conectado todo el día a un chute continuo, y pagado por el estado. pero se acabó lo que se daba

ahora ya estoy en casa, desde el jueves por la noche, y gracias al alambre que tengo metido dentro del brazo y a las 23 grapas que cierran el corte que tengo en el brazo, mi móvil tiene mejor cobertura. la duda es si pitaré en los aeropuertos. el tiempo lo dirá. eso sí, me va a quedar una buena cicatriz...

la recuperación, a ver cuándo me toca empezarla... por ahora, tres semanas con el brazo quieto, muy quieto...

nada más. seguiré contando el día a día de un tullidito, para demostrar la de cosas que se pueden hacer con una mano (y el doble de tiempo). gracias a tod@s por el apoyo moral y telefónico durante mi convalecencia. no os podeís imaginar lo largo que es en realidad un día.

y hoy que pongo...: Piratas: fin (de la 2ª parte) (2004) - "hoy por ayer" (4:07)