lunes, 22 de agosto de 2005

amarte así, frijolito...

si esto fuese una road movie, lo más cinematográfico que me viene a la mente ahora sería esto

o esto otro


pero en vez de la idea romática de cadillacs descapotables o moteros en harley davidson, aquí lo más típico son los peseros. son furgonetas que hacen las veces de autobuses, parando cuando ven a gente al borde de la carretera, autopista o lo que sea. esto lo hacen a saco, sin importar si van por el carril exterior. la lucha es feroz, porque hay muchísimos, así que te pares donde te pares, un pesero te recogerá. de su nombre deduciréis su precio (al menos cuando los empezaron a llamar así, ahora creo que ya no). como muestra, un botón:


cada país es un mundo. y hay mundos y mundos. en este mundo el tiempo pasa más despacio, con lo que un "ahorita" son dos días, los minutos se convierten en horas y cuando en españa están cenando, aquí todavía estás con el café de después de comer. si lo aceptas está bien, sino estás perdido...

cada país tiene un olor, un sabor, un color... o muchos. pero si hubiese que definirlo, méxico sería verde y picante como el chile, con olor a tortas de maíz. el guacamole quema como el demonio, la tacos de res siguen estando igual de buenos y la papaya hace que los desayunos sean la comida más sana del día... ya se distinguir entre negra modelo, dos equis lager, victoria, león, sol o corona. pero todavía no tengo muy clara la diferencia entre tequila y mezcal. ¿son todos los que están, o están todos los que son?


uno puede imaginarse encontrarse con tres tipos de policia en la misma ciudad, cuatro, o incluso cinco. lo que no puede imaginarse es que no sólo sean más (tránsito, estatal, federal, bancaria, judicial, protección ciudadana, municipal y las que me dejo), sino que estén en todas las esquinas, con chalecos antibalas y unos trabucos que son más grandes que el portador en muchos casos. son lo que llamamos las pequeñas diferencias. como pequeño es el portador de la susodicha arma.

la mejor forma de entender como nos verán los dioses que protegen estas tierras es imaginarse a las componentes de un hormiguero subiendo a una duna de arena en busca de quién-sabe-qué


esperemos que entre esos dioses, se encuentre quetzalcoatl, la serpiente alada


y si no, que el cielo caiga sobre nuestras cabezas...


pues sí, lo conseguí.

una hora de coche, ser el primero en descubrir la pirámide del sol y la luna, luchar con todos los vendedores de obsidianas, máscaras y pulseras para conseguir que acepten mi "no" como una respuesta válida (¿es posible que haya alguna relación no estudiada entre la india y méxico?¿por eso les llamarán indios a todos?), subir y bajar 233 escalones para hacer válida la declaración de Edmund Hillary acerca del everest (¿por qué subir? porque está ahí...) y recoger, como hace veintitantos años, piedras de la calzada de los muertos. antes lo hacía por gusto. ahora, como homenaje a ese pedrito de 4 años. que él también se lo merece. y como no, dejar constancia de que aunque me repatee la clásica foto de turista, hay algunas que hay que hacerlas, aunque sólo sea para demostrar que estuviste allí


gracias por todo. mañana, vuelta a casa. y después, ya veremos qué más toca...